perla
ostra perlífera “gallinacita” de Tahiti
perlas grises de cultivo de Tahiti
perlas barrocas de cultivo
perlas de color dorado de Lombok en Indonesia
perla de cultivo barroca de Indonesia
collar de perlas de agua dulce de China
perlas barrocas de cultivo de Tahiti
perla natural “caracol”
Hoja detallada
perla
Las perlas “finas” son ya mencionadas en textos del 2.300 a.c. y el collar más antiguo data del siglo V antes de Cristo. Ellas fueron el objeto de la lujuria de los Emperadores Romanos, de Cleopatra, de los Emperadores Chinos, de los Marajáes de la India. En Europa las perlas conocieron su esplendor cuando los cruzados las trajeron de oriente y el siglo XVI, hasta fué llamado el siglo de la Perla.
Ellas son “fabricadas” por moluscos marinos y de agua dulce y están constituídas por carbonato de calcio (calcita y aragonita) y de una substancia orgánica córnea, la conquiolina.
Cuando un cuerpo extráneo (un grano de arena, un parásito, un alga), entra es la pulpa de una concha, ésta reacciona secretando la materia perliera para protegerse y expulsarlo. Todas las conchas pueden producir “perlas”, pero son las ostras, las gallinitas de guinea, que se parecen a la ostra de Marennes, las que producen las más bellas. Las perlas perfectamente esféricas son muy raras, las que son irregulares son llamadas “barrocas”.
Sus colores: blanco, rosa, plateado, crema, dorado, negro-azulado… dependiendo de la concha y del medio en el que vive.
Su muy especial resplandor satinado es debido a lo que se llama “el oriente”, provocado por la penetración de la luz a través de las múltiples y finas capas perlíferas (superposición de laminillas de aragonita y de conquiolina) que provoca fenómenos de interferencias luminosas (irisación) y el “lustre”, la reflexión superficial de la luz. La combinación de estos dos fenómenos hace que la perla no tenga igual entre las gemas.
Se llama “Keshi”, que es el nombre del grano de amapola en japonés, una especie de perla fracasada que está formada por nácar secretado por el injerto durante el rechazo del núcleo. “Mabé” es el nombre de una semi-perla encerrada en el nácar. La “perla de Akoya” es el nombre de la perla de la cultura tradicional de Japón.
La perla “caracola” no está constituída por nácar como las otras perlas, porque es una concreción calcárea y no tiene ni carozo ni núcleo. Son producidas por el caracol que es un molusco: Strombus Gigas, que se encuentra en la regiòn del Caribe. Puede ser considrada como una perla fina porque se produce sin intervención del hombre. Esta perla es rara: un molusco sobre 100.000 contiene una perlas, en general de pequeño tamaño, menos de 3 mm y de foma barroca. Las formas regulares se parecen a un huevo. Pueden ser pardas, rosas, amarillas, blancas y a veces doradas. El color salmonado es la más codiciada, el pardo y el blanco lo son también. La recolección de esta perla es artesanal, son los pescadores que las encuentran cuando extraen la pulpa del molusco que es comestible.
CARACTERÍSTICAS QUÍMICAS
CARACTERÍSTICAS FÍSICAS
Color principal
blanco
Otros colores
azul, gris, amarillo, negro, rosa, verde
depende de la coloración de las capas externas de conquiolina secretadas por el animal en función de su especie y de su medio ambiente.
Color de rayado
blanco
Brillo
nacarado
Dureza
2.5 en 4.5
Densidad
2.60 en 2.90
Exfoliación
ninguno
Fractura
irregular
PROPRIEDADES ÓPTICAS
Transparencia
opaco, translúcido
Refringencia
1.500 - 1.690
birrefringencia
0.155
fuerte
Doblaje
no
Pleocroísmo
ausente
Cantidad de colores
1
Fluorescencia
variable
Fluorescenacia débil para las perlas de orígen marino, rojo a rojastro para las perlas negras naturales, fuerte y verde pálido para las perlas de agua dulce.
PROPIEDADES DE LOS CRISTALES
estructura microcristalina
Sistema cristalino
ortorómbico
OTRAS INFORMACIONES
Signos del zodíaco
Aries, Capricornio, Géminis, Libra
Mes
junio
Signos del zodíaco Chino
conejo
Gemas parecidas
Lugar de extracción
Encontramos las ostras perlíferas, del tamaño de una mano, en bancos a una profundidad de 15 a 20 m, en el Golfo Pérsico, en el Golfo de Manaar (entre la India y Sri Lanka).
Otras ostras perlíferas pueden llegar a tener hasta 30 cm de diámetro y estan a lo largo de las costas de la ex Birmania (Myanmar), Filipinas, las islas del Pacífico Sur, el norte de Australia y en América Central.
Japón sigue siendo el primer productor mundial. Las costas de Polinesia son el hogar de ostras que producen las renombradas perlas negras.
Hay sólo una de treinta o cuarenta ostras que contiene una perla. Se las pesca por el sistema de buceo.
Las perlas naturales, o perlas finas, se producen sin intervención humana y son actualmente rarezas. El comercio mundial se practica actualmente con perlas de cultivo.
La comercialización de perlas de cultivo, de agua de mar, comenzó en Japón en 1920: Mikimoto tuvo la idea de introducir una bolita de nácar con un pedacito de célula epitalial en la gónada de las ostras. Obtuvo perlas blancas “Akoya” del diámetro de 2 a 8 mm. A partir de 1960, en los mares del sur y en la polinesia francesa, se realiza el cultivo de las más grandes perlas blancas, grises y doradas. Los diámetros llegan hasta 20mm.
Las perlas de agua dulce eran conocidas en el norte de Europa desde siempre, son muy pequeñas, pero eran utilizadas para los bordados, los iconos… se las encontraba en los “unios”. Desde 1960, las primeras perlas de cultivo de agua dulce vinieron del lago Biwa en Japón. Son 20 injertos, sin núcleo de nàcar, que se introducen en el manto.
China se lanzó, desde 1970, a la producción industrial de perlas de agua dulce, donde la calidad y el tamaño se mejoran regularmente. La producción se expresa en toneladas.
Utilizacíon en joyería
Las perlas se montan en collares, en aretes, en anillos o en broches, hasta en coronas y diademas… En un collar de una o más filas, pueden ser del mismo diámetro o de diámetro variable “gargantilla”, las más grandes se sitúan al centro “en cascada”.
El diámetro de la perforación esta fijado por reglas internacionales: 0,3 mm para las naturales, 0,5 mm para las de cultivo.
Se las evalúa en función de numerosos y complejos criterios y por su peso expresado en granos (0,05 g o 1/4 de quilate), la palabra “de cultivo” debe de ser agregada imperativamente.
El “mabe” es una semi-perla de cultivo que se utiliza para aretes a botón o anillos.
La perla es la “piedra” del 3º aniversario de casamiento y también del 30º aniversario de matrimonio.
Mantenimiento diario y precauciones
De débil dureza, sensibles a los golpes, se rayan al contacto con piedras duras, el usarlas y el guardarlas se debe hacer con precaución. Son atacadas por los ácidos, los cosméticos, los perfumes, la laca, hasta por la transpiración. Sufren el calor: conteniendo 2% de agua, “envejecen” por la deshidratación de la conquiolina, volviéndose de aspecto mate y agrietándose. Su duración de vida es imprevisible.
Se aconseja llevarla regularmente a un profesional para asegurar su mantenimiento. Después de haberlas llevado puestas, deben ser limpiadas con una gamuza.
Imitaciones y tratamientos
Su imitación, evidentemente, no ha sido ignorada. La más corriente es la bolita de vidrio, de esmalte, de plástico… recubierta de un enduído a base de escamas de pescado (esencia de oriente) o por una sal de plomo o de bismuto (peligroso).
Es prohibido vender perlas “Akoya” ennegrecidas con sales de plata, sin mencionarlo.
En el mediterráneo, se venden perlas llamadas “majorica” completamente artificiales.
improvements
Las perlas pueden ser blanqueadas o levemente teñidas para obtener un color rosado… estos tratamientos son admitidos.
Se mejora la perla fina quitándole una fina capa…. Habiendo perdido su “orient”, se dice entonce que tiene la cáscara.
Litoterapia cultural e histórica
La perla esférica y con un discreto resplandor simboliza la perfección femenina y en la India, se le atribuyen cualidades de Madre Divina, a saber: belleza, dulzura, protección, fuerza generadora. Nos recuerda que cada experiencia dolorosa de la existencia se puede transformar en suerte y conducir hacia la perfección. La perla nos va a enseñar que ayudar a un intruso y no echarlo, que si sabemos aceptar sin prejuicio, un proceso de evolución interior va a ser capaz de llevar a nivel de nuestra conciencia ciertos sentimientos, ciertas lastimaduras olvidadas y reprimidas y nos va a hacer descubrir ciertos bloqueos emocionales para resolverlos.
Se dice que llevadas en collar, las perlas protegen del mal humor, conservan el amor y la belleza de la juventud. Ellas van a disipar los terrores nocturnos. El polvo de perla mezclado con jugo de limón era considerado desde la antigüedad como tonificante. Ha sido descrito que obteniendo una esencia (?) de la perla y mezclándola con melisa, suprimiría los botones de la piel, las llagas y que el polvo mezclado con el jugo de guayaco, era un remedio contra las enfermedades venéreas.
Como ellas van a captar las vibraciones de sus portadores, éstos deberían neutralizarlas sumergiéndolas en sal de mar pura o en agua de mar hipersalada y después secarlas suavemente y exponerlas a la claridad lunar.
Ellas abren el chakra del plexo solar para acceder al cuerpo mental y si el color de la perla jugara un papel, ella es siempre calmante, siendo una reflexión de si misma, participa a la manifestación de la verdad. Su efecto de aumento revela y exagera los defectos, para poder conocerlos mejor y combatirlos. Cuando la perla es negra, se vuelve protectora y sus siempre presentes tonalidades van a producir, ellas también, efectos matizados sobre el cuerpo y el espíritu; va a convenir perfectamente al chakra de la Base, mientras que las blancas van hacia los chakras superiores. Por su pureza, ligada a Afrodita, se va a vovler irresistible, confiriendo paciencia, delicadeza, ternura, calmando el espíritu rebelde.
Piedras históricas y leyendas
De las perlas conocidas, la más grande es la “Perla de Asia”, hecho por una almeja, pesa 575 quilates. La “Hope”, conservada en el Museo Geológico de Londres, larga 5 cm, pesa 454 quilates (90,8g).
La mitología india informa que el dios Krishna las extrajo del fondo del mar para embellecer a su hija Pandaia en el día de sus bodas. Afrodita fuera de las olas aborda Citeros sobre una ostra perlífera. Plinio (Historia Natural, libro IX), pretende que, estimuladas por la nueva estación, las conchas se abrirían, se llenarían de gotas de rocío, transformándose en perlas, y según la calidad del rocío, blancas con un rocío puro, de color si el rocío era sucio, un cielo tormentoso las volvía pálidas.
El evangelio según San Mateo dice que “el reino de los cielos se parece a un mercante que busca perlas finas: habiendo encontrado una de gran precio, vendió todo lo que poseía para comprarla”.
En la Edad Media, leemos todavía que “el nácar fué embarazado por los cielos y vive sólo en el nectar celeste para engendrar la perla plateada, o pálida, o amarillastra, dependiendo del lado que el sol le da y que el rocío sea más puro” (René François Essay, Las maravillas de la Naturaleza y los más nobles artífices, París, 1657).
La pérdida de una perla va a ser el anuncio de una cercana gran desgracia y citamos una anécdota concerniente el conquistador Cortez quièn, exhibiendo sobre el puente de su nave que lo traía a España una gran perla que él, evidentemente, había robado, ésta se le escapó y cayó en el mar: nunca volvió a reinar en el Nuevo Mundo…
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