El nácar es la substancia que constituye la parte interior de la concha de algunos moluscos, su nombre viene del latín nacrum que era empleado para caracterizar una materia blanca de reflejos irisados.
Está constituída por una parte mineral de cristales de carbonato de calcio bajo forma de aragonita y de una parte orgánica de conquiolina, que representa solamente del 4 al 6% del nácar, pero que permite de unir todos los cristales de aragonita en una materia sólida. Es la difracción de la luz sobre los microcristales de aragonita la que provoca los reflejos irisados.
El color del nácar depende de los iones minerales o de las substancias presentes en el medio ambiente en el que vive el molusco, de los pigmentos orgánicos de tipo carotenoideo contenidos en la conquiolina que contribuyen a que hayan coloraciones de amarillas anaranjadas hasta violetas.
Un nácar muy coloreado y multicolor en los verdes y azules proviene del abulón (Haliotis australis) de Nueva Zelanda que había sido ya utilizado por los Maoris… esta variedad de nácar es a menudo llamada “ópalo de mar” aunque no tiene nada en común con el ópalo.