Su nombre viene del témino jade. Es en el siglo XIX, en 1863, que la jadeíta fué diferenciada de la nefrita. Es un piroxeno que resulta del metamorfismo de serpentinas ricas en sodio. Antes del siglo XIX se las llamaba a ambas: jadeíta y nefrita con el término genérico jade.
La jadeíta apareció en China sólo a mediados del siglo XVIII, venía de Birmania, y todos los jades antiguos de China anteriores a este período son de nefrita.
La jadeíta sin la presencia de iones metálicos que la colorean sería incolora, en realidad, blanco lechosa, pero las variedades verde intensas están coloreadas por el hierro y aquellas malva lo están por el manganeso. La jadeíta jade imperial está coloreada por el cromo.
La “magnetita-jade” es el nombre comercial de un jade negro con inclusiones de magnetita.
La cloromelanita es el nombre de un pieroxeno verde oscuro con venaturas negras que es considerado como jade.
El cosmocloro, de composición cercana a la de la jadeíta, es un silicato de sodio y cromo descubierto en un meteorito (en griego Kosmos y “chlor” por verde) que compone la cloromelanita. Su densidad aumenta según su concentración de cromo y puede llegar hasta 3,6.
El Maw-sit-sit, que fué descubierto en 1963 por Gubelin en la entonces Birmania (hoy Myanmar) en los mismos yacimientos que el jade imperial, al noroeste de Myanmar en el estado de Kachin, es en realidad una roca, una mezcla de muchos minerales como jadeíta cromífera, cromita, ureíta, simplectita, cosmocloro, anfíbola cromífera y zeolitas, principalmente natrolita, y sus venas blancas están constituídas de albita en una ganga de serpentina. Es una de las rocas en la que la concentración de cromo, que le da su color verde, es la más elevada. A veces se llama jade-albita a los maw-sit-sit con venaduras de albita blanca.
En Asia el jade es símbolo de buena suerte y de salud, viene regalado para todo tipo de ocasiones: nacimientos, bodas, cumpleaños, graduaciones y hasta para la firma de contratos profesionales.